¿No lográs ser constante en el gimnasio? Estos 3 errores te lo están impidiendo (y cómo solucionarlos hoy mismo)
6 oct 2025

Lo sabemos, has leído la palabra motivación y gimnasio y has pensado: ¡madre mía que mezcla! La gran mayoría de personas se encuentran con el mismo problema, así que no te preocupes si esto te pasa a ti también.
¿Cuántos eneros han pensado que esta vez te ponías en serio? ¿Cuántas operaciones bikini se te han echado encima? Es más, ¿cuánta ropa tienes en el armario esperando a que bajes un par de tallas?
Imagino que te pones de mal humor solo de pensarlo: ¡Cuánto tiempo y dinero perdido! Y lo que es peor: cuantos fracasos.
Al final parece que uno acaba aceptando la barriguita cervecera, porque por mucho que lo intente parece que no hay manera de ser constante en el gimnasio.
Pero, ¿y si te damos la clave para cambiar esto? Sí, como lo lees. Hoy mismo.
Para ellos, vamos a hablarte de 3 motivos (que seguro que conoces) que te hacen no ser constante en el gimnasio, y te vamos a dar la clave para ponerlos fin.
Venga, coge papel y lápiz que empezamos:
LOS PROBLEMAS
1. TE FIJAS METAS POCO REALISTAS
En el gimnasio estamos hartos de escuchar: “¡Mi plan es venir los 7 días de la semana! Todos los días haré 45 minutos de cardio y durante cuatro días haré entrenamiento de fuerza. Además, pienso venir a las clases de los sábados por la mañana”.
Te aseguro que no exageramos (puede que incluso tú hayas sido de este tipo de personas). Que oye, está bien tener inicios motivantes. ¡Pero también tienes que ser realista!
Si tus objetivos no son realistas empezarás a fallar, a cansarte física y mentalmente y con ello aparecerán las excusas. Esto te llevará a una espiral de desmotivación e incluso comenzarás a dudar de tus capacidades (¡incluso para lograr otras cosas que no tienen que ver con el ejercicio!)
Pero, ¿qué estás haciendo mal? ¡Te has puesto una meta muy grande!
Tendemos a confundir fijar metas realistas con resultados mediocres. ¡Nada más lejos de la realidad!
Es mucho mejor entrenar todos los días de manera compensada que darte auténticas palizas durante dos días y luego no volver a pisar el gimnasio. ¡Si te he visto no me acuerdo!
Olvídate del todo o nada.
La clave es ir mejorando poco a poco y no pasar de 0 a 100. Sigue este mantra "Mañana, más y mejor"
Es importante tener clara tu meta y establecer una dirección. ¿Cómo? Fíjate objetivos smart: específicos, medibles, alcanzables, retadores y con tiempo.
Por muy buena que sea tu rutina de ejercicio no te sirve de nada si no es perdurable en el tiempo.
2 NO TIENES CLARO TU VERDADERO MOTIVO (O NO ES SUFICIENTEMENTE POTENTE)
Empiezas a entrenar sin tener muy claro el porqué lo haces o no le quieres dar importancia o incluso te da vergüenza.
Cuando tienes claro qué es lo que quieres conseguir haciendo deporte todo se vuelve más fácil. ¿A que hay cosas para las que siempre sacas tiempo? ¡Claro que sí!
Si tu motivo (independientemente del que sea) es suficientemente potente, empezarás a dar prioridad al ejercicio en tu rutina. ¡Es más!, te mantendrá a flote cuando estés a punto de fallar.
Busca tu verdadero motivo. ¡Todos son válidos! Da igual si lo haces para estar más buena, para hacerte fotos sin camiseta, para evitar sentirte viejo o para tener energía para jugar con tus hijos. ¡No te escudes es la excusa de: lo hago para llevar un estilo de vida saludable!
Nuestro motivo más profundo se puede relacionar con reconocimiento, placer, seguridad, pertenencia o vanidad. ¡Y es perfecto así!
Es fundamental que bucees en las profundidades de tu mente y descubras por qué quieres hacer ejercicio.
¿Te resulta interesante nuestro contenido?
Pues tenemos un montón de servicios que te podrían interesar
3 ENTRENAS TU CUERPO PERO NO TU MENTE
Piensa: ¿quién dirige tu cuerpo? Claro, ¡tu mente! Entonces, ¿quién es la responsable de que no cumplas tus objetivos en el deporte? La culpable es tu mente. Y sin embargo no hacemos nada para solucionarlo.
Con el cuerpo sí, con el cuerpo lo damos todo. ¡Nos pegamos auténticas palizas! Sin embargo, para que le cuerpo haga ejercicio primero tenemos que convencer a la mente, ¿cierto?
En tu mente están los obstáculos que te impiden hacer ejercicio y las soluciones para ser constante. Por eso, es muy importante incluir un entrenamiento mental en nuestro entrenamiento físico y darle la misma importancia.
Tú eres plenamente capaz de hacer ejercicio, lo único que te falta hacer es trabajar con tu mente. ¿Cómo? Trabajando la mente a través del hábito para así interiorizar el deporte y conseguir la seguridad que te falta para suplir esa falta de motivación.
LA SOLUCIÓN
Lo sé, estarás hecho un lío. Con tanta información ya no sabes muy bien de dónde puede venir la solución. ¿Se te ocurre alguna?
Y si te decimos que los 3 anteriores problemas se solucionarían través de algo pequeño. De un gesto mínimo. Sí, sí. Lo que es. La solución viene en un frasco pequeño.
Y los que todo esto se soluciona través de pequeñas grandes acciones. ¿Eso qué es? ¡La clave del mañana, más y mejor!
Una pequeña acción constante es infinitamente más efectiva que una gran acción poco frecuente. Estas pequeñas acciones te ayudarán a crear un hábito, que se construye a través de la constancia y del tiempo.
Por ello lograr ser constante, sin depender de nuestra fuerza de voluntad o de nuestra motivación, solo es posible si empezamos con pequeñas acciones diarias.
Una casa no se construye de un día para otro. ¡Lo mismo ocurre con los hábitos! Como te decíamos antes, si te propones correr todos los días 45 minutos en probable que no dures más de 15 días.
No obstante, es mucho más 1 flexión o 1 sentadilla al día, lo que te hará ser constante y no salirte del camino.
¿Qué? ¿Cómo te quedas? Estamos seguros de que no te habías pensado a parar en ello. Hasta aquí llega el mail de hoy, pero si quieres más información, ¡no dudes en escribirnos! Queremos saber qué que ha parecido.
PD: Recuerda que ir poco a poco no es de mediocres, lo que es de mediocres es quedarse de brazos cruzados aceptando los fracasos. ¡Descubre el poder de las pequeñas acciones!

CEO y Fundador de FuntionalFeel